El concepto de software libre es interpretado de diferente forma por
desarrolladores de software, usuarios, medios de comunicación, etc…, ya
que dentro de cada uno de esos grupos hay personas que le dan un
significado distinto al concepto, en unos casos de forma interesada, en
otros casos de oídas, en otros por desconocimiento y en otros porque se
está convencido de que ese debe ser el significado. De esto ha tenido
mucha culpa el hecho de que haya sido un concepto muy manido y demasiado
utilizado que ha provocado por un lado la expansión de su
interpretación y por otro ha contribuido también a vaciarlo,
paradójicamente, de contenido.
Para mi, el concepto de software libre es de la Free Software
Foundation, en primer lugar porque es el más se acerca a la esencia de
lo que supuso el inicio de la informática moderna, a ese concepto de
hacker que después se deformó con connotaciones negativas, a esa persona
curiosa por la tecnología que tenía afán por aprender y probar cosas
nuevas y que sabían que para su aprendizaje era fundamental acceder al
conocimiento incipiente que se estaba generando, ya estuviera en formato
papel o en formas de líneas de código en un programa de ordenador. Por
ese motivo compartir no era extraño para estas personas, era una
práctica habitual para seguir progresando y evolucionando técnicamente.
En segundo lugar, porque este concepción del software libre está
intimamente ligada a la libertad ya que resultaba fundamental para
mejorar la experiencia la posibilidad de utilizar y modificar las
aplicaciones sin ningún tipo de restricción, sin ningún tipo de cuerda
atada a la cintura que impidiera el avance del conocimiento y la
innovación.
He utilizado como argumentos la utilidad que para un conjunto de
personas tenía esta concepción del software libre en esa revolución de
la informática que hubo a principios de los ochenta, aunque
perfectamente podrían ser aplicables las mismas hoy día.
Esta visión romántica del software en general y del software libre en
particular me caló desde la primera vez que tuve la oportunidad de leer
el siguiente artículo de Richard Stallman.
Tal y como comenta la Free Software Foundation, un software se
considera libre si para los usuarios verifican los siguientes
principios:
- Tiene la libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito.
- Tiene la libertad de adaptar el programa de acuerdo a sus necesidades.
- Tiene la libertad para redistribuir copias, tanto gratis como por un precio.
- Tiene la libertad para distribuir versiones modificadas del programa,
de modo que la comunidad pueda beneficiarse de sus mejoras.
Para que se cumplan estas premisas es necesario el acceso al código
fuente del programa. Un aspecto muy importante es diferenciar el
concepto de Open Source respecto al de software libre, ya que aunque
resulten parecidos tienen un enfoque diferente, a grandes rasgos un
software que sea libre es Open Source (por definición), pero todo
software que sea Open Source no tiene por qué ser libre. La diferencia
está en que el Open Source se basa en la accesibilidad al código fuente,
pero no asegura los cuatro principios enumerados anteriormente.
La Free Software Foundation se desmarca
del concepto de Open Source, no lo critica abiertamente, ni lo
considera un enemigo (como podréis ver en el enlace, para la FSF el
enemigo es el software propietario), al contrario, considera que muchas
aportaciones del movimiento Open Source han sido beneficiosas para el
movimiento del software libre. No obstante, el hecho de que dentro del
concepto de Open Source pueda entrar software libre, software semilibre y
software propietario, provoca importantes recelos, ya que se considera
que para que la filosofía del software libre se imponga el concepto no
puede verse contaminado por interpretaciones inexactas o incorrectas del
mismo.
Otro aspecto que ha hecho daño al software libre es la asociación del
término inglés free con gratis, ya que un software gratis no tiene por
qué ser libre, ni un software libre tiene por qué ser gratis. La
confusión gratuidad/software libre, ha provocado y provoca que muchas
personas consideren software freeware, incluso shareware, como software
libre, además de otras modalidades de licencia que distan de las cuatro
premisas del software libre.
Puede resultar paradójico, pero una de las cosas que más daño ha
hecho al software libre es la aparición de soluciones software
propietarias y gratuitas, ya que el software libre requiere un
compromiso mayor, la libertad, y esa visión de libertad se pierde cuando
tenemos la posibilidad de utilizar una buena solución tecnológica de
forma gratuita (aunque sea propietaria). Es como si nos dejásemos vencer
por el reverso tenebroso de la fuerza. Es por eso que hay muchas voces
dentro del movimiento del software libre que muestran su temor hacia la
orientación a la nube de los servicios software, ya que la mayor parte
de esos servicios son gratuitos y además propietarios y están viendo
como diariamente su número de usuarios crece de forma exponencial. Por
mucho que Google y otras empresas del sector financien software libre
(lo que evidentemente es de agradecer), en esencia son empresas cuyo
funcionamiento gira alrededor del software propietario.
Para proteger el software libre de un uso inapropiado del mismo (la
adición de componentes propietarios) o malicioso (la apropiación de
dicho software dentro de soluciones propietarias), Richard Stallman
desarrolló el concepto de copyleft a través de la licencia GPL (General
Public License) de GNU. A grandes rasgos el copyleft viene a decir que
todas las modificaciones que se puedan incorporar a un programa que sea
software libre deben estar basadas en soluciones libres y que la
distribución de la aplicación resultante debe ser también copyleft.
Para muchos la visión de la “pureza de sangre” del software libre (o
todo libre o nada) hacen que la Free Software Foundation y Richard
Stallman sean considerados unos extremistas. Yo no comparto
completamente su doctrina (una cosa es que entienda que el concepto de
software libre sea estrictamente ese y otra bien distinta es que
considere que aunque el software libre sea la meta (tal vez utópica) a
la que debemos llegar, no tenga en cuenta otras alternativas) y hago uso
de software no libre tanto en sistemas operativos libres como en
sistemas operativos no libres, así como puedo llegar a entender (y
compartir) estrategias comerciales de empresas de desarrollo de software
que no se basen en software libre. Más adelante explicaré mis razones.
Pero independientemente de eso, veo necesaria la existencia de personas e
instituciones que defiendan el software libre, su progresiva expansión y
nos prevengan de riesgos próximos y futuros sobre la integridad y
accesibilidad de la información, sobre la continuidad de la filosofía
del software libre, etc… que pueden ser provocados por diferentes
tecnologías, tendencias o concepciones. Además, como bien argumenta
Stallman, la lucha por el software libre, debe ser constante y sin bajar
los brazos. Su organización, él, personas que llevan años aplicando
esta filosofía y participando activamente en la comunidad tienen la
fuerza, la constancia y la fé necesaria para luchar por esta idea, yo no
tengo su experiencia personal, ni tampoco una visión tan preclara como
ellos, como para adaptar mi forma de utilizar o concebir el uso del
software 100% a su manera.
Alguno pensará, y con razón, que no predico con el ejemplo y es
cierto, como comenté en el párrafo anterior en la práctica hago uso de
software no libre (o no extrictamente libre, ya que si un software tiene
algún componente propietario ya no es libre al necesitar esa pieza
necesariamente para funcionar (aplicando el principio de que toda cadena
es tan fŕagil como el más débil de sus eslabones)), al fin y al cabo
ejerzo mi libertad individual para hacerlo, ¿por qué? pues tal vez en la
mayoría de los casos sea por comodidad, este es el programa que estoy
acostumbrado a utilizar y no se me apetece buscar una alternativa
completamente libre (o no me pongo a analizar su nivel de pureza), en
otros casos (los menos) porque la solución propietaria es mejor o no hay
alternativa.
También comenté que puedo entender y compartir estrategias
empresariales o de negocio basadas en la creación de software no libre
(de la misma manera que no puedo compartir, bajo ningún concepto
estrategias empresariales o de negocio que no se basen en sistemas
abiertos), ¿por qué? pues porque desgraciadamente las personas no somos
justas, sobre todo si hay o puede haber dinero de por medio. En
ocasiones para proteger y recuperar la inversión en una determinada
solución es necesario aplicar prácticas de software propietario y aunque
existen prácticas basadas en software libre, desde vender la solución
hasta cobrar por servicios, siempre puede aparecer la empresa buitre de
turno coger tu código y quitarte negocio o incorporarlo a su solución
propietaria (aunque incumpla la licencia y por tanto no sea lícito) y ni
te enteres. Esto que comento ha pasado, pasa y pasará en el mundo real,
no podemos tener vendas en los ojos, por mucho que tengamos en
consideración el software libre. Otra cosa bien distinta es que apoye
que un software sea eternamente propietario, desde mi punto de vista,
una empresa que ya ha obtenido el retorno de la inversión y unos
beneficios aceptables debe liberar el código, llámese como se llame la
empresa y por mucho que ese software sea el núcleo central de su negocio
(por lo menos, si no quieren liberar la última versión, deberían
liberar versiones anteriores, como forma de devolver a la comunidad de
usuarios y clientes, lo que esa comunidad de usuarios y clientes le ha
dado). Yo lo veo así, evidentemente mucha gente estará en un completo
desacuerdo conmigo y seguro que tienen sus razones, tanto en un lado
como en otro, ya que los responsables de una empresa que desarrolla
soluciones software propietarias, me dirán que hablo así porque no me
estoy jugando mi dinero o mi trabajo y yo le contestaría que es posible,
pero que también entre el negro de la no liberación del software como
libre y el blanco del libera todo y ya, hay una gama interesante de
alternativas, además de que la empresa ha podido desarrollar otros
productos u otras líneas de negocio gracias a los beneficios obtenidos
que permitan seguir otra senda (sin necesariamente tener que perder la
abierta con el producto software que han liberado).
En cualquier caso y esto es importante, todo software que sea
desarrollado para la administración pública debe ser liberado con una
licencia libre (lo ideal sería que se acogiera a alguna auspiciada por
la Free Software Foundation). En España y en algunas de sus Comunidades
Autónomas se han dado avances significativos en este sentido, pero
lejos, muy lejos todavía de que el mayor porcentaje de software
desarrollado para las mismas sea accesible libremente. Aqui queda mucho
por mejorar y no solo en lo anterior, sino en la participación de las
administraciones ya sea económicamente, a través de empresas de
desarrollo de software o con personal interno en comunidades de
desarrollo de software libre, seguro que darían un impulso importante a
bastantes proyectos que son de gran interés y por supuesto una
alternativa tan buena o mejor que las soluciones propietarias que se
puedan adquirir y más baratos y efectivos que soluciones que la
administración quiera desarrollar desde cero.
También soy partidario de que las administraciones (con su debido
plan de migración y gestión del cambio correspondiente y sin
precipitaciones) deben abordar una paulatina incorporación de soluciones
libres dentro del ámbito del puesto de trabajo. Por supuesto que no es
nada sencillo un plan de estas características, por supuesto que es
necesario analizar caso por caso, por supuesto que puede requerir mucho
tiempo hacerlo, por supuesto que habrá componentes software que no serán
recomendables migrar (y no se deberán por tanto migrar), pero creo que
es un ejercicio de responsabilidad por lo menos intentar esta evolución y
no lo digo solo por el ahorro de costes, por motivos de seguridad,
etc…, sino como una forma de apoyar a una causa justa y que lleva
consigo unos beneficios muy importantes para la sociedad.
Eso sí, hay una cosa en la que no estoy de acuerdo y es en la
proliferación del desarrollo y mantenimiento de distribuciones Linux
(aún basadas en otras) en las distintas comunidades autónomas. La
iniciativa de acercar Linux a las aulas, de promocionar este sistema
operativo me parece fantástica a la par que necesaria, pero no
necesariamente el camino debe ser el desarrollo de distribuciones
particulares, ya que existen suficientes distribuciones Linux para que
no sea necesario utilizar este tipo de estrategias. Ese dinero que se
invierte en el desarrollo de estas distribuciones, perfectamente podría
ser utilizado para fomentar otros proyectos de software libre, para
formación en la materia o si se quiere para ayudar o contratarle soporte
a la comunidad, empresa u organización que ha desarrollado la
distribución Linux elegida.
Lo comentado sobre el uso del software libre en las administraciones
lo extrapolo al conjunto de instituciones privadas, ya que si los
deberes se realizan adecuadamente, se identifica que es migrable, que no
es migrable, se establece un plan para hacerlo, una gestión del cambio
adecuada y se elige un momento óptimo a partir del cual comience este
proceso (que puede durar años) no tendría necesariamente que provocar
problemas a la empresa y los beneficios aplicables al uso de esta
estrategia no tardarán mucho en llegar. ¿Por qué digo que las
administraciones deben migrar y con las empresas no soy tan tajante?
Pues porque en el primer caso pago yo y asumo por tanto mi margen de
responsabilidad y en el segundo porque las empresas se nutren de capital
privado y ellas mejor que nadie saben qué es lo que tienen que hacer
con su dinero y cuáles son sus prioridades.
Desde siempre se ha considerado a Microsoft como el enemigo público
número uno del software libre, como suele pasar, estas calificaciones no
se regalan. En este caso tuvo muchísimo que ver la actitud y visión
comercial de Bill Gates y el comportamiento del gigante de Redmond a lo
largo de los años. No obstante, como he indicado en algún post anterior,
Microsoft es sólo uno de tantos y son esos tantos los que están sacando
una gran tajada de que la atención y la “mala fama” se la lleve esta
empresa, ya que gran parte del éxito de una empresa lo da su imagen.
http://jummp.wordpress.com/2009/11/04/software-libre-i/
http://jummp.wordpress.com/2009/11/05/software-libre-ii/
http://jummp.wordpress.com/2009/11/06/software-libre-iii/
http://jummp.wordpress.com/2009/11/07/software-libre-iv/
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