La crisis del software, en mi opinión, es algo que todavía no se ha
superado, desde que se empezase a hablar de ella, en la década de los
sesenta, a partir del genial holandés Edsger Dijkstra en su obra “The
Humble Programmer”
Bien es cierto, que hay autores, con un prestigio infinitamente
multiplicado por infinito superior al mío, que consideran que es algo
que está superado, como por ejemplo, Roger S. Pressman, que lo redefine
como aflicción crónica, al existir cada vez más casos de éxito.
Mi experiencia, al menos en el segmento en el que me muevo, es que se
quiera llamar como se quiera, la crisis del software sigue presente.
La crisis del software se refiere principalmente a las siguientes características del proceso de desarrollo:
- Incumplimiento sistemático de los plazos de entrega.
- Desajuste entre el presupuesto inicial estimado y el presupuesto final del proyecto.
- Baja calidad del producto final: Incumplimiento de especificaciones y dificultad de mantenimiento.
Que alguien me diga en qué porcentaje de los proyectos en los que ha
participado como programador, analista, jefe de proyectos o gerente se
ha cumplido algunas de las premisas anteriores. En bastantes, ¿verdad?.
Por eso pienso que la crisis del software continua, por mucho que la
aparición del concepto de ingeniería del software o de múltiples
metodologías hayan intentado paliarla.
Bien es cierto, que las bases para eliminar la crisis del software en
un proyecto de desarrollo de software son muy conocidas por todos, lo
que pasa es que son tantos los ingredientes a utilizar (unos
dependientes del grupo de desarrollo y otros no) para que un proyecto
salga bien en plazos, presupuesto y calidad, que no resulta nada
sencillo (aunque no es imposible) conseguirlo.
Por todo lo anterior, pese a que la solución tiene una base
metodológica y de disciplina (de todas las partes que intervienen en el
proyecto, teniendo mucho peso la parte usuaria), la base para arreglarla
es cultural, es decir, la adquisición de buenos hábitos de base para el
desarrollo de proyectos software (ya que sin esta cultura, la
metodología se llenará de polvo en las estanterías y la disciplina un
bien perecedero) y la erradicación de los mitos del software en todas
sus vertientes.
Nadie tiene la llave para ser infalible en los proyectos de
desarrollo de software, es decir, como he dicho antes, un proceso de
desarrollo tiene muchos condicionantes y es muy complicado manejarlos
todos, sobre todo cuando no dependen de uno. En cualquier caso, lo que
hay que intentar siempre es tender a hacer las cosas de la mejor manera
posible y a intentar cumplir los objetivos de plazos, presupuestarios y
de calidad, porque si hay una cosa que debe clara a todos, es que si un
proyecto no se enfoca hacia esos objetivos, es complicado, muy
complicado, que se consigan por casualidad.
http://jummp.wordpress.com/2009/05/22/la-crisis-del-software/
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