Una de las pesadillas de las empresas de desarrollo de software es la
confusión (queriendo o sin querer) que existe en muchas casos entre los
conceptos de mantenimiento correctivo y evolutivo. ¿Por qué pesadilla?
Porque la garantía de los desarrollos afecta sólo a los mantenimientos
correctivos y por tanto no se facturan y en muchas ocasiones se “cuelan”
evolutivos como mantenimientos correctivos y se convierte en trabajo
adicional para las empresas, no previsto y que en muchas ocasiones
requiere un notable esfuerzo y que, por supuesto, no se cobra.
Un mantenimiento correctivo es aquel que tiene como objetivo
solventar una deficiencia en un componente del sistema de información
(puede ser software o documental). Entiéndase deficiencia como algo que
debería funcionar o estar correcto y que no lo está.
Un mantenimiento evolutivo es aquel que pretende modificar algo que
funcionaba o estaba correcto, con el objeto de aumentar, disminuir o
cambiar las funcionalidades del sistema, ya sea por las necesidades del
usuario o por otras causas como pueden ser, por ejemplo, cambios
normativos.
El problema está en la definición de qué es lo que debería funcionar o
estar correcto en el sistema de información, es decir la delimitación
clara de la frontera entre el correctivo y evolutivo. Y no es algo que
esté nada claro en muchos casos, ya que por ejemplo, eso que esa
funcionalidad que dice el cliente que debería estar y no contempla el
programa, ¿es algo que se ha sacado ahora de la chistera o realmente se
contempló en la definición y análisis del sistema de información?, ¿es
algo que no se ha interpretado correctamente en el análisis?, ¿es algo
que se suponía que se podía extrapolar del análisis aunque no aparezca
explícitamente?.
Es cierto que hay muchos casos que las incidencias son de cajón y son
correctivos y en la mayoría de las situaciones no dan problemas ni para
el cliente, ni para el proveedor, que será consciente que son fallos
suyos y los solucionará. También es cierto que hay evolutivos que son
muy complicados de colar como correctivos, ya que una cosa es que la
pared tenga que estar pintada de blanco o de color crema, que el pomo de
la puerta sea plateado o dorado o que incluso el suelo sea de marmol o
porcelánico y otra que te intenten comprar un piso de cuatro dormitorios
por el precio de uno de un dormitorio. Sin embargo entre un caso
(correctivos claros) y otros (evolutivos claros) hay todo un abanico de
posibilidades que la mayoría de las veces dan lugar a conflicto (estos
serán menos si el presupuesto del proyecto es holgado, el cliente es
bueno, el proyecto se trata de una inversión para intentar conseguir más
negocio con el cliente o a través del producto que se ha desarrollado,
etc…).
Como ya he comentado en algún artículo en caso de conflicto casi
siempre tiene las de perder el proveedor y lo más importante es tener
asumida esa circunstancia. Eso no quiere decir que se deba decir a todo
que sí, pero es más fácil negociar si no se pierde el tiempo en intentar
remar a contracorriente.
Habrá negociación porque en los proyectos de desarrollo de software
suelen cometer fallos las dos partes cliente y proveedor. Por esta razón
siempre digo que las dos partes deben ser flexibles, ya que todos
cometemos errores y además la naturaleza de los procesos de desarrollo
de software no es rígida, sino en sí, un proceso evolutivo.
http://jummp.wordpress.com/2009/12/25/mantenimiento-correctivo-y-mantenimiento-evolutivo/
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