Ahora que se está intentando recortar gastos por todos los lados tanto
en las organizaciones públicas como privadas creo que ha llegado el
momento de empezar a mirar con más detenimiento, si cabe, al software libre.
Es un problema intentar hacer los deberes ahora, con prisas, ya que
una migración de determinados componentes software que utiliza una
organización a una solución libre es algo que requiere hacerse de manera
meditada y siguiendo un plan. En muchos casos, si la organización es
grande el proyecto puede ser muy complejo y durar bastante tiempo hasta
que se ejecute completamente. En cualquier caso, siempre existe la
posibilidad, cada uno acorde a sus posibilidades de empezar a implantar
soluciones libres, sobre todo es más fácil en el caso de la implantación
de productos nuevos o si ya se tiene previsto y programado la
sustitución de un determinado software por otro.
No se trata de meter el software libre con calzador, habrá
determinada infraestructura software de una organización que
sencillamente no podrá ser migrada a software libre, ya sea por coste o
por el riesgo que puede suponer toda migración (para una organización
grande, una migración no satisfactoria de un componente software tipo
núcleo puede costar cientos de miles o millones de euros), la idea es
entender las ventajas que te ofrece, que van más allá del coste, no
obstante, en este artículo me centraré principalmente en los aspectos
económicos que es lo que a día de hoy se entiende mejor porque la falta
de peso en el bolsillo agudiza los sentidos. Recuerdo que el software
libre no tiene que ser gratis (aunque si es GPL probablemente no será
muy complicado encontrar una versión sin coste totalmente legal), pero
incluso teniendo un coste será por regla general más barato que su
equivalente propietaria y si preocupa el soporte, existe multitud de
empresas que pueden dar ese servicio para la mayoría de las soluciones
libres a un coste muy razonable.
Antes de enfocar la mirada al software libre, hay que hacer
inventario, es decir, determinar cuáles son los componentes software y
aplicaciones de mi organización, cuánto me cuesta mantenerlas ya sea por
licencia, soporte, etc…, cuáles son más estratégicas, cuál es el estado
del ciclo de vida de cada una, qué impacto puede tener sustituirla por
otras y qué medidas habría que aplicar (a alto nivel) para poner en su
lugar una solución basada en software libre.
Cuando se haga ese inventario probablemente se vean oportunidades
para sustituir aplicaciones u otro componente por una alternativa libre y
se podrá presupuestar los beneficios económicos que traería esa medida.
Esos miles, decenas o centenas de miles de euros que se pueden ahorrar
puede suponer un respiro importante para la organización.
La migración a software libre tiene un coste, por lo que en muchos
casos la pescadilla se morderá la cola y entre ese coste y el miedo al
cambio (más o menos justificado) muchos proyectos o deseos de implantar
soluciones de software libre esperarán a mejores tiempos. Si ese coste
es asumible y el proyecto es viable y puede suponer un ahorro real, ¿por
qué no intentar aplicarlo?, ¿por qué no dar la oportunidad por lo menos
a estudiar más o menos a fondo si es posible ahorrar costes aplicando
una estrategia orientada al software libre?.
http://jummp.wordpress.com/2010/08/16/ahora-mas-que-nunca-hay-que-mirar-al-software-libre/
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