Curiosamente, una de las tareas que debería ser de las más simples en
el proceso de desarrollo de software se convierte en un autentico muro
en muchos proyectos, tan alto que, en ocasiones, superarlo lleva
muchísimo tiempo y en consecuencia esfuerzo y dinero.
¿Por qué debería ser simple? El trabajo duro de obtener los
requisitos, realizar el resto del análisis, el diseño y la construcción
ya está hecho, por lo que sólo quedaría el proceso final de revisión del
producto y la instalación en los servidores del cliente.
Sin embargo, algo que teóricamente debería ser ejecutado de manera
sencilla no lo es en la práctica por una serie de factores, algunos de
los cuales paso a enumerar (en un proyecto concreto puede que no se de
ninguno, uno, una combinación de ellos u otros que provoquen que el paso
a producción sea una tarea compleja):
1) Miedo al cambio: Si el cliente no termina de ver clara la
sustitución de la aplicación que venía utilizando por otra nueva o bien
la informatización de un proceso de negocio que hasta ahora no lo
estaba, pondrá muchas trabas a que el producto se ponga en producción,
ya que una vez que pase dicha barrera, la posibilidad de que puedan
evitar su utilización se reducirá considerablemente, ya que se ha
realizado una inversión que será necesario amortizarla de alguna manera.
2) Miedo al resultado: Si el cliente tiene dudas sobre el producto
(ya sea por culpa suya, del desarrollador o de ambos) y además tiene
responsabilidad sobre el resultado final del mismo, tratará de retrasar
el paso a producción hasta que tenga una mayor seguridad de que el
producto responderá a las expectativas existentes. Como puede darse el
caso de que modificar el producto, puede provocar prácticamente
rehacerlo, este factor puede convertirse en una de las principales
fuentes de problemas con el cliente que querrá hacer en la mayoría de
los casos nuevas versiones sin rascarse el bolsillo.
3) Desinterés por el producto: Si el producto no ha sido solicitado
por el usuario final que lo va a utilizar, su participación en el
proyecto ha sido nula y el proceso de negocio lo tiene resuelto con las
herramientas que viniera utilizando hasta ahora, puede dar lugar a
circunstancias de miedo al cambio o simplemente de falta de interés en
que el producto termine por implantarse, lo que dará lugar a que el
producto no se revise, tarde en revisarse o se pongan impedimentos para
su puesta en marcha. Otra variante del desinterés es el denominado “se
me pasó el arroz”: en ocasiones, los retrasos en el proyecto son tales,
que un producto que resultaba interesante, importante o fundamental en
un momento dado, más tarde ya no lo es, ya sea porque las prioridades
han variado, se han buscado soluciones alternativas o el equipo de
personas que mostró interés en su momento o que han participado en su
desarrollo ya no están.
4) Búsqueda de la perfección: Nada es perfecto y un producto software
tampoco lo es y por más vueltas que se le dé nunca será perfecto, por
tanto, si se trata de que el producto pase a producción con un grado de
cumplimiento funcional, calidad, seguridad, etc… que se aproxime al 10,
no lo conseguirá, producirá retrasos importantes que vendrán acompañados
de costes (generalmente para el proveedor) y será una fuente de
innumerables conflictos.
5) Mala ejecución de los trabajos: Una cosa es conseguir la
perfección y otra permitir que el producto que se pase a producción sea
deficiente, por tanto, si el producto no cumple unos mínimos exigibles
no pasará el listón del paso a producción y deberán tomarse las medidas
correspondientes para que el mismo mejore. Como es lógico, habrá que
evaluar las causas que han dado lugar a que la aplicación no haya
alcanzado el nivel exigible y en función de las mismas actuar en
consecuencia.
6) Entornos de desarrollo distintos a los entornos de prueba y
producción: La instalación se puede complicar cuanto mayor sea la
divergencia entre los entornos de desarrollo utilizados y los entornos
de prueba, preproducción y producción del cliente y mayor sea la
complejidad tecnológica de la aplicación y mayor uso de componentes
distribuidos tenga. El proceso de instalación puede ser una auténtica
pesadilla y requerir un esfuerzo muy importante, con importantes
retrasos en la puesta en producción. Para mejorar estos tiempos es
conveniente, como es lógico adaptar lo máximo posible el entorno de
desarrollo al que tenga el cliente y tener muy bien documentado las
características físicas, lógicas y de arquitectura de los mismos, así
como los principales problemas que han surgido en las instalaciones y
cómo se han arreglado (esto que puede suponer un esfuerzo extra lo
agraderán en un futuro tus compañeros y tú, por lo que te recomiendo que
documentes y que pongas esa documentación accesible a tus compañeros).
http://jummp.wordpress.com/2010/01/30/el-paso-a-produccion/
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